Sabes que puede que nada sea lo mismo.

Que todo cambie, pero aún asi, te inundan las ganas de esa nueva experiencia. La que tú decidiste vivir. Sabes que te perderas cosas que podrías haber vivido junto a esas maravillosas personas, que a día de hoy, tienes contigo pero aún asi, decides marcharte.
¿Por qué? Esa es la pregunta que te haces todos los días. Tal vez sea por la emoción de un cambio drástico. Esa no es la respuesta correcta, o si. No lo sabes.
Mirate. ¿Sabes lo que quieres? Si lo tienes tan claro... ¿Por qué cuando hablas con tu gente cambias de opinión?
- Porque les quieres, y te duele que tengan razón. Más que dolor es miedo, miedo a que sea cierto. Que al irte todo cambie.
¿En que cambiaría?
- Supones que en el trato, no es lo mismo tener un contacto visual con una persona, al dejar de verla, la echas de menos, pero con el tiempo te acostumbras.
A la misma vez que piensas esto, las nuevas tecnologías impactan contra tu mente. Antiguamente era muy dificil mantener un contacto continuo en la distancia, pero a día de hoy, hay muchisimas cosas que podrías utilizar para hablar con, ver a y oir a esas personas.
Esas personas que te han hecho chillar, andar, bailar, comer, bajar, llorar, mirar, besar, fumar, saltar, nadar, subir, abrazar, beber, hablar, andar, sentir, soñar, correr, cantar, grabar, cenar, imaginar, reir y querer.
Te imbade esa gran duda existencial y te gustaría que te comprendieran y apollaran en tu decisión. No quieres perderles, y no tienes porqué hacerlo. 

   Que el movimiento se demuestra andando.